Mirando las investigaciones que se han hecho con entrevistas a mentores y mentees me di cuenta que, como en cualquier relación de pareja, hay quejas de los dos lados.
No siempre se conversan abiertamente por distintas razones.
Los mentees sienten cierta presión por la autoridad del mentor; de él (o ella) depende una buena recomendación y en muchas ocasiones, la evaluación de la etapa de prácticas.
La posición de los mentores creo que es aún más pragmática y piensan,
– Terminará esta etapa de prácticas, y la próxima vez seré más cuidadoso en la entrevista inicial.
Los dos están perdiendo una buena oportunidad de mejorar las cosas.
Por eso me pareció que una entrada del blog dedicada a saber las principales quejas de ambas partes, podría resultar de ayuda.
La idea es que funcione como una terapia de pareja.
Ambos dicen lo que les está molestando, y cada cual queda con la opción de empezar a hacerlo mejor a partir de ese momento.
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